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Black is Beltza

Alerta Argentina! Hoy jueves 22 de diciembre…

Black is Beltza II: AINHOA – ESPACIOS INCAA
  • Cine Teatro Rivadavia, UNQUILLO (Córdoba) – 19:00
  • Teatro Cine Italiano – Espacio INCAA Lobos, LOBOS (Provincia de Bs As) – 21:15
Black is Beltza

Cine: “Black is Beltza 2”, canciones y revoluciones en la línea del frente

Agencia Paco Urondo

Tímidamente comienza a formarse la fila afuera del Cine Gaumont. Es la última función del día del estreno en salas del país de Black is Beltza II: Ainhoa, la continuación de ¿la saga? que comenzó en 2018 con el mismo nombre que contaba las aventuras animadas de Manex, un vasco que recorre el mundo presenciando algunos de acontecimientos más trascendentales para la humanidad y conociendo a todos tipo de celebridades en el camino: de Ernesto Guevara a los Black Panthers hasta el propio Muhammad Ali. Todo en medio de una lucha racial que no permitió, por ejemplo, hacer desfilar a dos personajes negros de la comparsa de gigantes de Pamplona de las fiestas de San Fermín que fueron invitados a hacerlo en la Quinta Avenida de Nueva York en 1965. Una historia que tristemente fue real.

Un muchacho de traje da la señal para entrar al complejo y apenas subimos una escalera nos encontramos a Fermín Muguruza apoyado sobre uno de los afiches de la película haciendo fotos de prensa. El músico que fue punta de lanza con Kortatu en el llamado rock radical vasco de comienzos de los ochenta, el mismo que en los años noventa revolucionó la escena rock de Europa junto Negu Gorriak, el activista independentista del país vasco, el documentalista de Checkpoint Rock: Canciones desde Palestina de 2009 y eventualmente el director de la película que estaríamos a punto de ver sobre un cómic, cuando no, de su autoría.

Fermín abraza con confianza a los pocos que se le animaron a su encuentro y nos acompaña dentro de la sala para brindar una improvisada charla antes de la proyección junto con una productora de la película y un representante del INCAA, quien apoyó la realización de la misma siendo así una coproducción vasca/argentina. La gente aplaude y lo vitorea, Fermín levanta el puño al aire y agradece en euskera.

Black is Beltza II, negro en inglés y en vasco respectivamente, nos presenta a Ainhoa, una mestiza cubano-vasca hija de Manex quien sale de la isla rumbo al País Vasco para conocer la tierra de su padre. Allí forjará amistades y será testigo de acontecimientos fundacionales de los años ochenta, en un mundo asistiendo al fin de la guerra fría, con la inserción de la heroína en los jóvenes, el SIDA, la represión policial y un viaje junto con una periodista por los lugares más calientes del Líbano y Afganistán como corresponsales del diario local vasco Egin.

Muguruza nos sumerge en una visión del mundo diferente a la de los manuales de historia desde una animación para adultos algo limitada pero sumamente detallista, con elementos narrativos vinculados a la perspectiva de género y el empoderamiento.

Al igual que la primera entrega, Muguruza nos sumerge en una visión del mundo diferente a la de los manuales de historia desde una animación para adultos algo limitada pero sumamente detallista, con elementos narrativos vinculados a la perspectiva de género y el empoderamiento, en este caso del personaje principal donde no sólo asiste a los acontecimientos, si no que interviene formando parte de ellos.

Es una gran aventura que atraviesa la coyuntura política del momento, pero sin escaparle a lo lúdico que brinda la experiencia al agregar elementos del espionaje y el policial donde la historia sirve como excusa para dar testimonio sobre diferentes personajes de aquellos momentos, para revelar su verdad desde una mujer kurda preparando un ejército a desentramar parte del engranaje del narcotráfico marítimo europeo, todo en un crisol de idiomas y tonos.

El soundtrack fue fundamental en esta propuesta y tiene un protagonismo vital para llevar adelante la historia. Además, sirvió también de homenaje a los sonidos de los suburbios de aquella época, desde Imanol Larzabal, cantautor y activista de la lengua vasca, a los irlandeses The Pogues y el sonido crudo de RIP, Barricada y por supuesto Kortatu. 

Se trata de un viaje que también atraviesa la propia historia del director cuando, por ejemplo, Ainhoa se encuentra de espectadora en el último show de Kortatu en Pamplona, acontecimiento donde se desprende su disco en vivo Azken guda dantza de 1988. Allí, no sólo aparece el músico en forma animada, sino también su hermano Iñigo Muguruza, fallecido en 2019, con quien mantienen una charla con la prensa sobre el futuro de la banda. Un pequeño homenaje más que merecido.

Black is Beltza II: Ainhoa nos lleva de paseo alrededor de un mundo que cambió y seguirá cambiando, pero que en sus vueltas nos deja una serie de historias, personajes y revoluciones que vale la pena recordar. Fermín Muguruza se encarga de rescatarlos y brindarles la oportunidad de contar sus verdades y en esa interacción con el público poder pensar, reflexionar y por qué no, bailar algunas lindas canciones.

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Fermín Muguruza: “Esta película me sirvió de terapia para seguir recuperándome del dolor por la muerte de mi hermano”

Tiempo Argentino  ➝

El emblemático cantante vasco ex Kortatu y Negu Gorriak volvió a nuestro país para presentar su film animado “Black is Beltza 2, Ainhoa”. Cine, música y revolución.

Fermín Muguruza, uno de los grandes protagonistas del denominado rock radical vasco, recuerda que la última vez que estuvo en el local de Las Madres, en Congreso, había algunas mesas en el hall, como parte del café literario, donde se destacaba un gran retrato del Che con el cual se sacó una foto. Esas mesas ya no están y el cuadro ahora se encuentra en otra pared del lugar, cuyo fondo eligió para posar ante el fotógrafo de Tiempo, durante una charla que tuvo como eje principal la presentación de la película de animación Black is beltza II, Ainhoa, una coproducción vasco-argentina que ya está disponible en diversas salas de la Argentina.

El músico y realizador no dudó en solicitar hacer uso del sitio para recibir a la prensa y lamentó no haberse encontrado con Hebe de Bonafini, que se sigue recuperando luego de su internación. Se trata de una relación que nació hace décadas atrás cuando un joven Muguruza recibió, cual representante de su cultura, a una comitiva de las Madres que había ido al País Vasco a dar una serie de charlas. «Luego, en el 94, cuando vine a tocar por primera vez (con su banda Negu Gorriak), las visitamos, y después en el 96 me encontré con Hebe en México», rememora, y precisa: «Nosotros veníamos de visitar al Subcomandante Marcos en Lacandona y ellas iban.Nos hicimos muy amigos. La última vez que vine la pude ir a visitar. Es un vínculo histórico que siento que tenemos y por eso me parecía interesante reivindicarlo».

Black is Beltza II: Ainhoa - fotograma

En esta segunda parte de Black is Beltza, Muguruza cuenta la historia de Ainhoa, un personaje de ficción que nació milagrosamente en Bolivia luego de que su madre sufriera un mortal atentado. La joven crece y se desarrolla en Cuba, donde conoce al clandestino escritor y poeta vasco Joseba Sarrionandia. A fines de los ’80, Ainhoa va al País Vasco, la tierra de su padre Manex, protagonista de la primera parte de la película. La trama, atravesada por un sinfín de hechos reales, está cruzada por espías, contrainteligencia, el uso y abuso de las drogas, que las grandes potencias ilegalizaron e introdujeron en los pueblos para financiar sus guerras sucias. Gran parte de la historia transcurre en geografías tan lejanas como Libia, Afganistán y el Líbano.

En la escena inicial se aprecia un recital que Kortatu, la primera banda musical de Fermín, ofrece en el penal de Martutene en mayo de 1985. Uno de los presos políticos que asistió al evento fue Sarrionandia, quien un mes y medio más tarde aprovechó otro recital de rock para fugarse escondido junto a otro integrante de ETA en un bafle. Kortatu, poco después, inmortalizó el escape con su mítica canción «Sarri-Sarri», un indiscutido himno que trascendió las fronteras del Euskal Herria.

–¿Tuvieron algo que ver con la fuga?

–Podríamos dárnosla de haber organizado todo, pero no. Sin saberlo, más bien estuvieron ensayando la fuga con nosotros. Hicieron bien en no contarnos una acción de esas. Después, nos dimos cuenta de por qué iban y venían, nos pedían de llevar los instrumentos… Se dijo que habíamos estado implicados y algunos hasta creen que se fugaron en nuestro concierto (risas). Por eso en esta película podemos contar que esto no fue así. Fue muy importante, porque era un momento en el que prácticamente no había alegrías y de repente que haya una fuga, con el poeta nacional, y que haya sido tan musical, dentro de los speakers, tiene un componente poético impresionante, una bestialidad, por eso decidimos que había que hacer una canción que es una versión de «Chatty Chatty», de Toots and the Maytals, como una manera de homenajear a nuestra gran referencia.

Más allá de haber permanecido unos 30 años en clandestinidad en Cuba, como refugiado y protegido por la Revolución, Sarrionandia nunca dejó de escribir. «Como dice la película, cada año enviaba un libro y nadie sabía dónde estaba. Era la persona más buscada por los servicios de inteligencia españoles», cuenta Muguruza, quien confiesa que de manera casual, en el 98, conoció al poeta cuando quedó varado en la isla debido a un huracán, donde había ido a presentar una obra de teatro que incluía música industrial: «En esos cuatro días que quedamos colgados me dicen que alguien me quería saludar. Me llevan para Baracoa y de repente me encuentro con él».

Fermin Muguruza

A partir de ese momento tuvieron una relación secreta, artística, «que recién se hizo pública hace unos cinco años. Y él, ahora, hace dos que ya volvió al País Vasco, porque prescribió todo». El ex Kortatu y Negu Gorriak describe que el poeta tiene dos hijos que son muy amigos de los suyos. «Su niña se llama Ainhoa. Es curioso, pero no tiene que ver con esta Ainhoa. A él le encantó la primera película y que la protagonista se llamara así», dice, al tiempo que subraya que el nombre surge de su propia biografía: «Es un pueblo pequeño del País Vasco Norte donde se refugiaron mis abuelos después de la guerra civil y fue clave para todo lo que fue la resistencia francesa durante la ocupación nazi, porque desde ahí organizaban los contrabandistas para pasar gente, sobre todo pilotos ingleses que caían y volvían a Inglaterra», señala.

El debate de la acción directa y la violencia política se da varias veces en la película. «La lucha armada, incluso en los momentos en los de mayor convicción, siempre tiene esa contradicción de si realmente es el camino o no», destaca Muguruza. Es que los personajes discuten, en plena transición española, post muerte de Franco, la necesidad o no de los atentados. «Es una discusión que siempre tiene que estar presente, como dice uno de los protagonistas: la muerte es irreversible. Creo que es una reflexión que hacíamos en aquel entonces. Es bueno mostrar que esa discusión ha estado siempre porque quiere decir que nosotros nunca hemos sido como la gente que combatimos», añade.

Black is Beltza II: Ainhoa - fotograma

En septiembre de 2019 falleció su hermano Iñigo, con quien compartió grupos musicales y prácticamente todas sus actividades. «Cuando murió mi hermano sentí que me moría, me costó muchísimo recuperarme y no lo he hecho del todo. Me falta una pierna pero puedo caminar. Esta película me sirvió de terapia para seguir recuperándome del dolor por su muerte», resume Muguruza, quien revela que para el film no contaron con el apoyo «del Estado Español, pero sí de Argentina. Eso para nosotros es puro orgullo. Somos vasco-argentinos, como El Che, que era Guevara, un apellido de origen vasco».

Black is Beltza 2, Ainhoa

Dirección: Fermín Muguruza.
Guión: Fermín Muguruza, Harkaitz Cano, Isa Campo.
Voces: María Cruickshank, Itziar Ituño, Antonio De La Torre, Ariadna Gil.
En cines

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“Black is Beltza 2 Ainhoa”: coletazos de la Guerra Fría

La Capital

El músico y cineasta vasco Fermín Muguruza estrena hoy en el Nuevo Monumental la secuela de “Black is Beltza”, disponible en Netflix

El músico y cineasta vasco Fermín Muguruza, reconocido por haber fundado bandas de rock como Kortatu y Negu Gorriak, está estrenando en la Argentina su segundo filme de animación para adultos, “Black is Beltza 2 Ainhoa”, en el que combina sus dos facetas artísticas. La película se podrá ver en Rosario a partir de hoy, a las 20, en el cine Monumental (San Martín 993) con la presencia del director.

El film es la secuela de “Black is Beltza” (2018), disponible en Netflix. Esa primera parte transcurre en octubre de 1965 en Nueva York y cuenta los acontecimientos que marcaron la convulsa sociedad de mediados de los sesenta: los disturbios raciales derivados de la muerte de Malcolm X, las excentricidades de los personajes de The Factory, las alianzas entre los servicios secretos cubanos y los Black Panthers estadounidenses, entre otros.

“Mis películas son musicales, tienen un ritmo muy mío. De hecho, todo el diseño sonoro lo hago yo y entregué una animática con la música original que es algo que siento que motivó a todos los animadores de manera especial en las dos películas”, arriesga Muguruza.

El film es una coproducción vasca-argentina en la que la compañía rosarina Draftoon SRL se encargó de la animación. Este lazo con esa firma local explica que la película sobre las andanzas de Ainhoa tenga esta noche una función especial en el cine Nuevo Monumental.

Como prólogo a esta gira argentina, el filme tuvo su estreno mundial en el marco del 70º Festival de San Sebastián realizado en septiembre pasado, donde agotó las 3.000 localidades de una proyección al aire libre en el Velódromo de Anoeta.

“Ese día 23 de septiembre en una pantalla gigante de 400 metros cuadrados fuimos tres mil personas respirando la película al mismo tiempo y fue una maravilla”, evoca el compositor que antes rodó los documentales “Bass-que Culture” (2006), “Checkpoint Rock: Canciones desde Palestina” (2009), “Next Music Station” (2011), “Zuloak” (2012), un año más tarde codirigió junto a Daniel Gómez “No More Tour” (documental sobre su propia gira) y hacia 2016 “Nola?”.

Esa obra audiovisual referida a músicas de los márgenes y resistencias varias no dejaba entrever que Muguruza (nacido en Irún el 20 de abril de 1963) apostaría por torcer su rumbo cinematográfico hacia la animación, un cambio que atribuye a que “se trata de un formato muy joven y muy interesante porque es una manera de contar relatos de un modo que la ficción no te permite”.

Black is Beltza II: Ainhoa - fotograma

“A mí me parece -desafía el rockero- que la animación puede mejorar los mundos que imagino y eso es algo que la ficción no puede darme aunque me considero un fanático de la ficción”.

La historia de “Black is Beltza 2 Ainhoa” se sitúa en la década del 80, siguiendo los pasos de la muchacha negra criada en Cuba que, a sus 21 años, comienza un viaje iniciático por el País Vasco como primer destino para conocer la tierra de su padre Manex.

En ese contexto donde la banda Kortatu da su recital de despedida con el repertorio de su cuarto y último disco “Azken guda dantza (“La última danza de guerra” en euskera), conoce a la periodista Josune y juntas trazan una travesía personal, violenta, pasional y política por Líbano, Afganistán y la ciudad francesa de Marsella en tiempos del final de la Guerra Fría.

Fermin Muguruza

Desde tu propia posición militante la recorrida de Ainhoa no deja de mostrar los problemas y dificultades que arrastraba el campo revolucionario de aquellos años.

Me pareció necesario mostrar las contradicciones porque nosotros vivimos en completa contradicción siempre, pero la idea también fue poder meternos en la dialéctica de la discusión que se daba entonces y se sigue dando ahora porque yo he vivido en toda ocasión conflictos también dramáticos y armados que he podido visitar porque no solamente soy del País Vasco y he vivido el País Vasco. Lo que muestra la película también forma parte de nuestra historia y tenemos que contarla porque también hay muchas cosas que fueron virtuosas y así como la resistencia armada puede servir para combatir el fascismo hay que atreverse a pensar en otras etapas de la lucha y, como me dijeron combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, “nosotros estuvimos expuestos a morir en la guerra y ahora estamos dispuestos a morir en la paz”.

¿Esa preocupación por encontrar las mejores maneras de dar estas peleas te acompaña desde siempre?

Claro. Tenemos que explorar nuevas formas de combatir también la injusticia y por eso en la película mencionamos a Gladys del Estal, una jovencita que empezaba a intentar explorar vías de desobediencia y fue asesinada de un balazo por la Guardia Civil en Navarra mientras participaba de una sentada de protesta antinuclear en plena época de la Transición. Esto fue en 1979, tenía 16 años, ya muerto (el dictador Francisco) Franco, triunfa la revolución sandinista y sale “London Calling” de los Clash (risas). ¿Te puedes imaginar eso cómo le vuela la cabeza a uno? Sobreviví a todo esto y estoy haciendo esta entrevista contigo.

¿Hacer cine es parte de la apuesta por seguir vivo? ¿Estás preparando una tercera película de animación?

No va a haber otra animación por ahora porque necesito tomarme un tiempo de descanso. No tuve manera de dejar una semana libre desde que empecé hace cuatro años con esta película. Así que el año que viene, ya que en abril cumplo 60, tiene que ser un año de parón tras una vida que ha sido un movimiento frenético y de actividad. Hay momentos simbólicos y cumplir 60 años es como decir “llegué aquí, ¿no?”.

¿Alguna vez pensaste que no ibas a llegar vivo a tus 60 años?

Nunca pensé vivir tanto en este mundo, pero por otro lado también me considero tan joven y no me doy cuenta de que tengo esa edad aunque me acuerde mucho de cada disco, de cada gira, de los países que visité y de las personas con las que estuve y que me marcaron.

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