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El País Vasco visto a través de un lente cinematográfico llega a Bogotá

El Espectador

Desde el 21 de febrero la Cinemateca de Bogotá presenta seis películas originarias del País Vasco en el Primer Ciclo de Cine Vasco que se realiza en la capital. Ricardo Cantor, director de la Cinemateca de Bogotá, habló para El Espectador sobre la muestra.

Como parte del acercamiento a la cultura vasca, a través del Etxepare Euskal Institutua, el Ciclo Nuevo Cine Vasco en la Cinemateca de Bogotá presenta largometarjes en lengua euskera (lengua vasca), una de las más antiguas de Europa. Con diferentes enfoques, estilos y temas, los filmes llegan a Bogotá y presentan “múltiples puntos de vista que dibujan una cinematografía caleidoscópica. La mayoría de las películas que se presentan son inéditas y merecen ser descubiertas: animación, documental, comedia y dramas sociales, se ilustran en seis títulos”, según se lee en un comunicado de prensa.

La película “Enjambre” de Mireia Gabilondo fue la encargada de abrir esta muestra el pasado 21 de febrero. Su sinopsis indica que “llevará al público a un viaje de un grupo de amigas de la infancia que han ido a una casa rural para celebrar la despedida de soltera de una de ellas”. La muestra cinematográfica reúne la obra de diferentes directores que exploran la vida en este territorio autónomo en España, al igual que su lengua, a través de diferentes géneros del cine.

Los otros títulos que se presentarán son: Abuela (Amama) de Asier Altuna; Black is Negro (Black is Beltza); El ciervo (Oreina) de Koldo Almandoz, El gigante (Handia) de Jon Garaño y Ator Arregi; y Danza (Dantza) de Telmo Esnal.

Ricardo Cantor, director de la Cinemateca de Bogotá.

¿Cómo fue el acercamiento con el Etxepare Euskal Institutua para crear este evento?

Hicimos una alianza con el Instituto Vasco Etxepare, que es la institución pública del País Vasco que se encarga de empezar a distribuir la cultura vasca, en este caso su cinematografía, y la preservación de la lengua eusquera alrededor de todo el mundo. Ellos nos dijeron la propuesta de presentar una muestra de cine vasco, ellos se encargaron de la curaduría de las películas e hicimos ese acuerdo para que fuera la primera muestra internacional de la Cinemateca de Bogotá en 2023.

¿Qué puede decir de los títulos que se presentarán?

Son películas producidas entre los años 2015 y 2020, es un panorama contemporáneo del cine vasco y son películas que han tenido una presencia importante alrededor del mundo, articuladas en festivales de cine como San Sebastián y han obtenido nominaciones en los premios de la Academia Española de Cine, que son los premios Goya. Son películas que en su mayoría no todas están habladas en lengua vasca, son películas muy diversas en términos de género audiovisual y de lenguaje- Tenemos películas de animación, drama musical, comedia, historias basadas en hechos reales, entre otras.

¿Por qué es importante que en Colombia se tenga conocimiento o se haga divulgación del cine vasco?

En Colombia, y a través de los centros culturales, nosotros tenemos la misión de garantizar y proponer diálogos interculturales, en los cuales intercambiemos justamente esos puntos de vista, esas narrativas y esas propuestas artísticas, en este caso que es el cine y el audiovisual. Es importante para fortalecer el diálogo intercultural entre Bogotá, desde su cinemateca, con cinematografías del mundo y en alianza con los institutos de promoción cinematográfica de los diferentes países y los diferentes archivos audiovisuales del mundo.

¿Qué espera que el público colombiano que vaya a ver estos títulos se lleve de este ciclo de cine?

Ampliar su mirada, su conocimiento y su conversación alrededor de una cultura específica, como lo es la región vasca en España, y pueda encontrarse con las propuestas cinematográficas de los creadores audiovisuales de esta región del mundo.

Hay películas en la muestra que fueron grabadas en lengua vasca, ¿cuál es la importancia de tener a nuestro alcance cine realizado en idiomas a los que no estamos acostumbrados?

Justamente, la Cinemateca busca abrir espacios y acceso a la diversidad cultural del mundo a través del cine y es por eso que lenguas nativas o lenguas maternas de diferentes regiones del mundo, como pueden ser las de los pueblos étnicos, como pueden ser las de los pueblos originarios, en diferentes geografías, y la forma como sus creadores se narran, generan autorrepresentación. Esto es muy importante en la confección de la programación de la Cinemateca. En este caso, el País Vasco, la lengua euskera, va a estar muy presente, pero nos ocurre con otras lenguas y otras geografías del mundo, dentro de Colombia o fuera de Colombia y que se programan constantemente en las salas de este Centro Cultural de Artes Audiovisuales.

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Black is Beltza

Fermín Muguruza: historias de un contador de historias

Público | Nortes ➝
Fotos: Iván G. Fernández

El músico, cineasta y autor de cómic presentó en MUSOC “Ainhoa”, un thriller político sobre drogas, imperialismo y contrarrevolución.

Todo comenzó con una foto de archivo en la prensa vasca. Fermín Muguruza (Irún, 1963) descubrió por casualidad la imagen de los gigantes de Iruña desfilando por la Quinta Avenida de Nueva York un 12 de Octubre de 1965. La Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Pamplona se unía así a la celebración neoyorkina del Día de la Hispanidad. Sin embargo, en la noticia se advertía un detalle curioso. No todos habían podido participar en el acto: seis de los ocho gigantes, en concreto la pareja de gigantes negros, había sido excluida del desfile debido al racismo vigente en los EEUU.

Un chispazo. A partir de esta pequeña anécdota Fermín comenzaba a investigar y tirar del hilo. En febrero había sido asesinado el líder político Malcolm X y la comunidad afroamericana estaba en pie de guerra en todo el país. En agosto habían tenido lugar importantes disturbios en los barrios negros de Los Ángeles. Muguruza ya tenía el punto de partida de lo que iba a ser “Black is Beltza”, el debut en el cómic, a los 50 años, de alguien que se había educado sentimentalmente en el Irún de los años 80 leyendo cómic underground – “de trazo grueso, siempre anti línea clara”- en El VíboraTotem y Métal Hurlant, la histórica publicación francesa. Ventajas, esto último, de vivir en la frontera.

Solo faltaba introducir un personaje de ficción para hilvanar una historia transatlántica de música y revolución. ¿Qué hubiera pasado si uno de los mozos encargados de portar los gigantes se hubiera rebelado contra la discriminación racial? Nacía Manex, un joven de Iruña que indignado por el racismo y fascinado por la música Soul, decide dejar a sus compañeros de comparsa, ir a Harlem y pasarse a la lucha revolucionaria. Un chaval que pasa de la rebelión espontánea a la toma de conciencia política en un viaje iniciático que le lleva por todos los escenarios de las luchas anticoloniales convertido en algo así como un agente 007 vasco y de izquierdas.

Los Gigantes de Pamplona desfilando en Nueva York. Año 1965.

Publicado en 2014 cómic y convertido en 2018 en largometraje de animación, “Black is Beltza” tiene ahora una continuación, “Ainhoa” (2022), que cuenta las aventuras de la hija de Manex y la revolucionaria afrocubana Amanda. Si la primera parte se sumergía en los movimientos antirracistas y de liberación nacional de los años 60, una década en la que Murguruza era un niño – “no recuerdo la muerte del Che, y no había nacido cuando fue la revolución de Argelia, pero esos años determinaron el mundo en el que voy a crecer” – la segunda parte del cómic y su adaptación cinematográfica, ambos presentados este fin de semana en Xixón dentro del MUSOC, se adentran en un tiempo que ya toca la biografía del fundador de Kortatu. De hecho, él mismo es uno de los personajes del cómic y la película, ya que Amanda viaja a la Euskadi de los años 80 y conoce allí a la histórica banda del rock radical vasco.

Una de las páginas del cómic “Ainhoa” de Fermín Muguruza y Susana Martín.

Que los personajes de Muguruza viajen tanto no es ajeno a la propia pasión por viajar del autor, que explica en la cafetería del Hotel Asturias, que la música y el cine siempre han sido una forma de

Concebido con un thriller político de Guerra Fría, en este caso de su recta final, “Ainhoa” tiene entre sus temáticas las conexiones entre tráfico de drogas, imperialismo norteamericano y movimientos contrarrevolucionarios. Muguruza, que dicta frases a toda velocidad, tiene claro que esos vínculos existieron, y que para la principal potencia mundial el control del mercado de las drogas es tan importante como el del mercado de las armas o el de recursos estratégicos como el gas y el petróleo. Su hegemonía global también depende de monopolizar los vicios y debilidades humanas.

EEUU sigue siendo la corporación multinacional de
la droga ilegal

“EEUU sigue siendo la corporación multinacional de la droga ilegal” explica el músico vasco, para quien afirmaciones como esta se sostienen con la desclasificación periódica de documentos oficiales secretos. Una desclasificación que, aunque con retraso, vendría a demostrar la implicación desde la guerra de Vietnam del Estado norteamericano en negocios relacionados con el narcotráfico. “Ningún negocio se les escapa, pero por lo menos en EEUU esta documentación se desclasifica” ironiza el autor de “Ainhoa”, contraponiendo esta práctica al secretismo de los gobiernos de España en temas como el 23F o la guerra sucia contra ETA. “Según se van desclasificando los documentos se confirma que la cocaína financió a la Contra nicaragüense y la heroína a los talibanes” sentencia Muguruza.

Afganistán es uno de los escenarios del cómic y la película. El músico y cineasta reivindica la olvidada “revolución afgana” de los años 80, que considera un movimiento “muy unido a la música y a la poesía”, emparentado con el sandinismo nicaragüense, y que también fue derrotado gracias a la financiación de guerrillas contrarrevolucionarias, en este caso de fundamentalistas islámicos. “Ya no hay música ni mujeres en las universidades” lamenta Muguruza sobre el retorno de unos talibanes que la propaganda anticomunista de los EEEU presentaba como “luchadores por la libertad” en películas de entretenimiento de los años 80 como “Rambo III”.

Muguruza también apunta que pese “a la imagen de transgresión y contestación” que la heroína adquirió entre la juventud rebelde de los años 60, cuando Lou Reed compuso una canción tan bella y sensual como “Heroin”, esta y otras drogas se usaron para destruir a movimientos revolucionarios como los Panteras Negras. ¿Se puede demostrar? ¿Existió esa misma política en la España de Felipe González? “Por lo menos en EEUU se desclasifica, aquí tenemos a Barrionuevo hablando con toda impunidad de su participación en el terrorismo de Estado” ironiza.

Fermín Muguruza y Eduardo Madina en una de las viñetas de “Los puentes de Moscú” de Alfonso Zapico.

Sobre la visión que el cómic y la película dan de los años 80 en Euskadi y la violencia de ETA, el autor de “Ainhoa” explica que en el mundo social y cultural de la izquierda abertzale el debate sobre la legitimidad de las armas siempre existió, incluso en los momentos más duros, y se dio “en todas las cuadrillas”. Muguruza, un verso libre, crítico con ETA, y que protagoniza junto al socialista víctima de un coche-bomba Eduardo Madina el cómic “Los puentes de Moscú”, del asturiano Alfonso Zapico, apunta que incluso muchos de los que apoyaban entonces la lucha armada criticaban acciones por parte de esta que “fueron lamentables”.

Fermín Muguruza en Xixón. Foto: Iván G. Fernández

Con respecto al debate sobre el relato que va a quedar de la violencia en el País Vasco, Muguruza pide matices, pero considera “un insulto” que un reconocido torturador franquista y colaborador de la Gestapo como Melitón Manzanas tenga hoy un lugar en el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

¿Qué vendrá después de “Ainhoa”? “No lo se. Voy a cumplir 60 años” explica Fermín, que trabaja siempre en varios proyectos a la vez. Si será un cómic, una película o un disco, está por ver. “Soy un contador de historias” resume, restando así importancia al medio en que estas se cuenten. A estas alturas de la vida prefiere no hacer planes a largo plazo y no sabe si habrá una nuevo trabajo cinematográfico. De este se lleva un buen sabor de boca y una experiencia única: poder “revivir” como personaje de animación a su hermano Iñigo, fallecido en 2019.
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Black is Beltza

Mugaldeko taberna: Fermin Muguruza 97 irratian Black is Beltza Ainhoa filmari buruz

97 irratia ➝

Black is Beltza filmaren bigarren zatia eginik, Ainhoaren bizitza kontatu eta elkarrizketa ederra eskeini digu Fermin Muguruzak Mugaldeko tabernan.
2022ko azken elkarrizketa, Iñigo Muguruza anaiari eskainitako filmari buruz, bere urtebetetze egunaren atarian.
Bizitza ospatuz; musikaz, zinemaz, heroinaz, munduaz, munduko borrokak eta beste izan ditugu hizpide, saio eder baten.

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« Black is beltza II : Ainhoa » de Fermin Muguruza : une odyssée en noir et noir

Politis

Un trépidant film d’animation à forte teneur (géo)politique.

Activiste majeur de la scène musicale alternative basque, connu notamment pour avoir été le chanteur des groupes punks Kortatu et Negu Gorriak, Fermin Muguruza s’est tourné vers le cinéma au milieu des années 2000.

Après avoir signé plusieurs documentaires musicaux, il a réalisé le long métrage d’animation Black is beltza (« beltza » signifiant « noir » en basque) à partir du roman graphique éponyme, coécrit par lui.

Sorti dans les salles françaises en 2019, ce film décrit les tribulations de Manex, un jeune Basque plongé au cœur de l’effervescence contestataire des années 1960 – en commençant par le mouvement des droits civiques aux États-Unis – et emporté dans de multiples péripéties à travers le monde.

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